Pero visitar Dinolandia no se limita a contemplar fieles reproducciones de dinosaurios. Es también un lugar ideal para divertirse a lo grande. En el Parque es posible convertirse en un paleontólogo que desentierra el esqueleto de un gran dinosaurio, convertirse en buscador de aventuras que debe superar un parque de cuerdas y la DinoBase, o bien escalar por el Muro de Escalada y observar el mundo desde arriba, como el Diplodocus con su largo cuello. Todo el que visita Dinolandia también debería entrar en la Cueva de los Misterios, cuyas oscuras galerías ocultan numerosos secretos. En este lugar tampoco faltan otras atracciones para niños: una piscina de bolas, un tobogán hinchable, un euro bungee, un tren pirata o una partida de minigolf en familia. Si tenemos previsto visitar Dinolandia, merece la pena planificar un día entero en este lugar.