El patio del Castillo Real, impresionante por su fuerza y a la vez por la ligereza de sus arcadas y la “perla del renacimiento toscano al norte de los Alpes”, o sea, la capilla de Segismundo junto a la catedral de Wawel, fueron construidos en el s.XVI por los italianos traídos de Toscania por el rey Segismundo el Viejo. El Castillo Real y la cadedral de Wawel se elevan sobre un monte calizo por encima del meandro del ríoVístula. Este lugar, defensivo por naturaleza, fue construido con el tiempo y rodeado por unas fortificaciones enormes. El testimonio de su historia más antigua constituye una rotonda pre-romana de Santa María la Virgen (de los Santos Félix y Adaucto). A través de varios siglos el castillo de Wawel era la sede de los soberanos de la dinastía de los Piastas y de los Jagiellones, así como de los primeros reyes electivos. A pesar de que a los finales del s. XVI Segismundo III Vasa se trasladó junto con la corte a Varsovia, la importancia de Wawel no disminuyó. La catedrál de Wawel seguía siendo el lugar de coronación y entierro de la mayoría de los siguientes reyes polacos.